07 junio 2012


Comunicación y Juventudes: Tramando Medios Comunitarios
Se desarrolló con éxito la segunda maratón comunicacional en la FCE

Por Evelyn Firpo –SE-

La segunda maratón comunicacional multilenguaje se desarrolló con éxito en la FCE. El lema fue: “El derecho a la comunicación se pone en juego”. El objetivo de dicha actividad era la elaboración colectiva de productos comunicacionales. Cada encuentro se basa en la premisa de que la comunicación comunitaria es un espacio-práctica propicio para que los jóvenes se asuman como actores sociales capaces de producir herramientas de visualización de problemáticas comunes. Participaron estudiantes de esta Casa de Estudios, y de diferentes escuelas secundarias de Paraná y Santa Fe. Entre ellas se pueden mencionar la Escuela N° 5 Manuel Belgrano, el Colegio High Scool y  la escuela EPNM Nº 19 Monseñor Abel Bazán y Bustos de Paraná; además estuvieron presentes alumnos de la escuela de Educación Técnica Particular Incorporada Nº 2028 San Lorenzo de Santa Fe. La actividad fue organizada por el equipo de medios del Área de Comunicación Comunitaria y la cátedra de Teorías de la Comunicación.

   Un aire de festejo se respiraba en la plaza Alvear de nuestra ciudad. La música se hacía oír desde lejos y la multitud de jóvenes concentrados sobre calle Buenos Aires llamaba la atención de los transeúntes, pero aún más de los automovilistas que debían desviar su camino. “Con esto que nosotros estamos haciendo, estar acá sentados cortando la calle, ¿les parece que estamos comunicando algo?” expresó Valeria Vidal, una de las coordinadoras. Así era en realidad, los estudiantes se instalaron sobre la calle para darle un marco más significativo a la jornada. La misma comenzó con un sorteo mediante el que los jóvenes fueron dividiéndose en grupos, a los cuales los organizadores asignaron diferentes formatos a trabajar: fotonovela, historieta, esténcil, radioteatro, calcomanía y stop motion.
   “Comunicar es como respirar”, “A veces no nos entendemos”, “Nos comunicamos por los medios y entre nosotros, con el cuerpo, el humor, los gestos, la música, el leguaje y el arte”. Eran algunas de las oraciones que yacían plasmadas en un afiche amarillo en el centro de una ronda de estudiantes, las cuales respondían a una de las preguntas disparadoras ‘¿Qué es la comunicación?’ Así también hubo voces que interpretaban el segundo tópico a trabajar, el cual además era el eje principal del encuentro, ‘El derecho a la comunicación’: “cuando creen que lo que digo no es válido”, “cuando estoy en una conversación de grandes y me callan”, “cuando me critican lo que pienso”, entre otras”.
  Luego de este intercambio de opiniones, la maratón comunicacional multilenguaje entró en su momento más agitado. A partir de lo que consideraban el ‘derecho a la comunicación’ los jóvenes debían realizar diferentes productos comunicacionales utilizando los formatos asignados, en un tiempo determinado. Quienes tenían que producir una historieta debían pensar una historia y dibujarla. “Después de mucho debate llegamos a una situación que a todos nos pudo haber pasado. Consiste en que un chico llega a la casa con una buena nota, en este caso era un diez, y el padre lo ignora porque estaba viendo Tinelli. Al otro día llega y dice ‘me saqué un seis’ y el papá lo sigue ignorando. Así el joven va decayendo y termina cuando llega con la nota más baja y dice ‘cómo me gustaría que me escuchen’. Nosotros lo relacionamos con el derecho a la comunicación familiar”, explicó Amilcar Zonis integrante del taller. Mientras tanto, en el taller de fotonovela también debían imaginarse una historia, pero ellos tenían que crearla mediante fotografías en las que se utilizaran diferentes planos. “Estamos simulando una pareja que está discutiendo, uno de los hijos los está viendo y quiere interferir en esa conversación, entonces lo retan y hay una secuencia de fotos que muestran al niño llorando. Después el chiquillo hace un dibujo en la pared porque los padres no dejan que se comunique con ellos”, expresó Valeria Vidal, coordinadora del taller de fotonovela, durante esa tarde. Al mismo tiempo, se desarrollaba el taller de Stop Motion en el cual Andrés Wursten nos comentó que “una de las ideas que surgió y que fue trabajada, es la de que los chicos sienten que llegan a su casa y a veces sus padres no los escuchan. Eso tiene que ver con la libertad de expresión, que está contemplada en el derecho a la comunicación”. Así también quienes trabajaron calcomanías, reunidos en el hall del edificio debían crear un personaje y plasmarlo pensando en la idea que querían comunicar; entre ellas se podía leer: ‘Derecho a escuchar y ser escuchado’ y ‘Dios está en todos lados pero mira Buenos Aires”. Por su parte, los grupos que tenían que realizar esténciles pensaron slogans con lo que querían transmitir, algunos de ellos fueron: “La comunicación no es sólo un micrófono”,  “Luchemos por la libertad” y  “Gritos en la pared”. Quienes realizaron radiotreatros tenían que planificar una escena radiofónica con lo que querían comunicar. De este modo se realizó una pieza sobre las inundaciones en Santa Fe y otra denominada Todos y Cualquiera.
   Mientras transcurría el tiempo de producción, la radio abierta instalada en la entrada del edificio transmitía lo que ocurría mediante entrevistas a integrantes y coordinadores de los equipos de trabajo, como así también a docentes de la casa.
   A la hora pautada, los estudiantes expusieron sus trabajos frente a todos los participantes. Entre aplausos y chistes, los jóvenes fueron pasando a explicar sus producciones.
  Y así finalizó la jornada.  El derecho a la comunicación se puso en juego…

Se desarrolló con éxito la segunda maratón comunicacional en la FCE

Por Evelyn Firpo –SE-

La segunda maratón comunicacional multilenguaje se desarrolló con éxito en la FCE. El lema fue: “El derecho a la comunicación se pone en juego”. El objetivo de dicha actividad era la elaboración colectiva de productos comunicacionales. Cada encuentro se basa en la premisa de que la comunicación comunitaria es un espacio-práctica propicio para que los jóvenes se asuman como actores sociales capaces de producir herramientas de visualización de problemáticas comunes. Participaron estudiantes de esta Casa de Estudios, y de diferentes escuelas secundarias de Paraná y Santa Fe. Entre ellas se pueden mencionar la Escuela N° 5 Manuel Belgrano, el Colegio High Scool y  la escuela EPNM Nº 19 Monseñor Abel Bazán y Bustos de Paraná; además estuvieron presentes alumnos de la escuela de Educación Técnica Particular Incorporada Nº 2028 San Lorenzo de Santa Fe. La actividad fue organizada por el equipo de medios del Área de Comunicación Comunitaria y la cátedra de Teorías de la Comunicación.

   Un aire de festejo se respiraba en la plaza Alvear de nuestra ciudad. La música se hacía oír desde lejos y la multitud de jóvenes concentrados sobre calle Buenos Aires llamaba la atención de los transeúntes, pero aún más de los automovilistas que debían desviar su camino. “Con esto que nosotros estamos haciendo, estar acá sentados cortando la calle, ¿les parece que estamos comunicando algo?” expresó Valeria Vidal, una de las coordinadoras. Así era en realidad, los estudiantes se instalaron sobre la calle para darle un marco más significativo a la jornada. La misma comenzó con un sorteo mediante el que los jóvenes fueron dividiéndose en grupos, a los cuales los organizadores asignaron diferentes formatos a trabajar: fotonovela, historieta, esténcil, radioteatro, calcomanía y stop motion.
   “Comunicar es como respirar”, “A veces no nos entendemos”, “Nos comunicamos por los medios y entre nosotros, con el cuerpo, el humor, los gestos, la música, el leguaje y el arte”. Eran algunas de las oraciones que yacían plasmadas en un afiche amarillo en el centro de una ronda de estudiantes, las cuales respondían a una de las preguntas disparadoras ‘¿Qué es la comunicación?’ Así también hubo voces que interpretaban el segundo tópico a trabajar, el cual además era el eje principal del encuentro, ‘El derecho a la comunicación’: “cuando creen que lo que digo no es válido”, “cuando estoy en una conversación de grandes y me callan”, “cuando me critican lo que pienso”, entre otras”.
  Luego de este intercambio de opiniones, la maratón comunicacional multilenguaje entró en su momento más agitado. A partir de lo que consideraban el ‘derecho a la comunicación’ los jóvenes debían realizar diferentes productos comunicacionales utilizando los formatos asignados, en un tiempo determinado. Quienes tenían que producir una historieta debían pensar una historia y dibujarla. “Después de mucho debate llegamos a una situación que a todos nos pudo haber pasado. Consiste en que un chico llega a la casa con una buena nota, en este caso era un diez, y el padre lo ignora porque estaba viendo Tinelli. Al otro día llega y dice ‘me saqué un seis’ y el papá lo sigue ignorando. Así el joven va decayendo y termina cuando llega con la nota más baja y dice ‘cómo me gustaría que me escuchen’. Nosotros lo relacionamos con el derecho a la comunicación familiar”, explicó Amilcar Zonis integrante del taller. Mientras tanto, en el taller de fotonovela también debían imaginarse una historia, pero ellos tenían que crearla mediante fotografías en las que se utilizaran diferentes planos. “Estamos simulando una pareja que está discutiendo, uno de los hijos los está viendo y quiere interferir en esa conversación, entonces lo retan y hay una secuencia de fotos que muestran al niño llorando. Después el chiquillo hace un dibujo en la pared porque los padres no dejan que se comunique con ellos”, expresó Valeria Vidal, coordinadora del taller de fotonovela, durante esa tarde. Al mismo tiempo, se desarrollaba el taller de Stop Motion en el cual Andrés Wursten nos comentó que “una de las ideas que surgió y que fue trabajada, es la de que los chicos sienten que llegan a su casa y a veces sus padres no los escuchan. Eso tiene que ver con la libertad de expresión, que está contemplada en el derecho a la comunicación”. Así también quienes trabajaron calcomanías, reunidos en el hall del edificio debían crear un personaje y plasmarlo pensando en la idea que querían comunicar; entre ellas se podía leer: ‘Derecho a escuchar y ser escuchado’ y ‘Dios está en todos lados pero mira Buenos Aires”. Por su parte, los grupos que tenían que realizar esténciles pensaron slogans con lo que querían transmitir, algunos de ellos fueron: “La comunicación no es sólo un micrófono”,  “Luchemos por la libertad” y  “Gritos en la pared”. Quienes realizaron radiotreatros tenían que planificar una escena radiofónica con lo que querían comunicar. De este modo se realizó una pieza sobre las inundaciones en Santa Fe y otra denominada Todos y Cualquiera.
   Mientras transcurría el tiempo de producción, la radio abierta instalada en la entrada del edificio transmitía lo que ocurría mediante entrevistas a integrantes y coordinadores de los equipos de trabajo, como así también a docentes de la casa.
   A la hora pautada, los estudiantes expusieron sus trabajos frente a todos los participantes. Entre aplausos y chistes, los jóvenes fueron pasando a explicar sus producciones.
  Y así finalizó la jornada.  El derecho a la comunicación se puso en juego…